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En la fotografía, Salvador Ramos autor de la masacre
Jesús López Tapia
/Editor en jefe
HOUSTON, TX.- ¿Qué padre de familia tiene la seguridad de que sus hijos regresarán vivos de la escuela? Mientras existan leyes como la HB1927 reformada por el gobernador Greg Abbott para facilitar la posesión de armas, ninguna.
La masacre de Uvalde perpretada por un joven de 18 años portador de una pistola y un rifle semiautomático amparado por la citada ley, ¿sacudirá la conciencia de los padres de familia que han cruzado los brazos permitiendo que esto pase en su Estado? Yo creo que sí.
Urge la organización de los padres de familia de todas las escuelas de Texas, y del resto de Estados Unidos, con el apoyo de las organizaciones como Giffords, enfocadas al control de armas, para derogar leyes como la HB1927 o, en su defecto, colocar candados que impidan que jóvenes como Salvador Ramos, 18, que asesinó a 19 niños y dos profesoras, en la escuela primaria Robb, en Uvalde ; Adam Lanza, de 20 años, que asesinó a 26 personas en la escuela primaria de Sandy Hook, en Newton (Connecticut); Nikolas Cruz, 19, que asesinó a tiros a 14 compañeros de la escuela y a tres profesores en Parklan, Florida, sigan por todo el país amenazando la vida de nuestros niños en las escuelas.
¿A quién le importan las vidas de nuestros hijos? ¿a Greg Abbott? ¿a nuestros congresistas que aprueban estas leyes? ¡Claro que no!
¿A quién le importan? A nosotros. Entonces, ¿por qué no actuamos?
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